Antes de instalar aparatos sanitarios en el edificio, las tuberías de agua fría y agua caliente deben comprobarse mediante una prueba de fugas para evitar que se produzcan fugas en ellas. Esta prueba se realiza para asegurarse de que las tuberías estén instaladas correctamente y que no haya fugas.
La presión y la duración de la prueba de fugas dependen del tipo de tubería y la presión del agua en el edificio. En general, para tuberías de agua fría y caliente, la presión del agua durante la prueba debe ser al menos 4 veces la presión nominal y debe mantenerse durante al menos 24 horas. Transcurrido el plazo prescrito, las fugas en las tuberías se detectan mediante equipos especiales diseñados a tal efecto por los reparadores de la instalación.
Además, también se pueden utilizar laboratorios especializados acreditados para realizar pruebas de fugas en el sistema de tuberías del edificio. En este caso, los laboratorios suelen utilizar probadores especiales que pueden ajustar automáticamente la presión del agua y el tiempo de prueba y registrar los resultados de la prueba con precisión. Si se encuentra una fuga en el sistema de tuberías, se debe abrir la tubería y reparar la fuga. Después de la reparación, se debe volver a realizar la prueba de fugas para asegurarse de que se haya reparado la fuga en el sistema de tuberías.
Finalmente, después de asegurarse de que no haya fugas en el sistema de tuberías de agua fría y caliente, se pueden instalar los aparatos sanitarios. Esta acción mejora el desempeño del sistema de tuberías sanitarias y preserva la salud de los usuarios del edificio.