Cargas de la propia estructura: incluye el peso y la presión de la propia estructura, que es causado por el peso de la estructura y otras cargas.
Cargas independientes: incluye otras cargas que se aplican a la estructura, pero que no están relacionadas con el peso de la estructura. Por ejemplo, en esta categoría se pueden incluir cargas de viento, cargas de nieve, cargas de lluvia, cargas de terremotos, cargas de reparación de daños y cargas adicionales.
Cargas cambiantes: incluye cargas que cambian con el tiempo debido a cambios en el entorno y las condiciones de la estructura. Por ejemplo, las cargas de viento, los cambios de temperatura ambiente y los cambios de humedad del aire pueden incluirse en esta categoría.
Cargas operativas: incluye las cargas que se crean en la estructura debido al uso de la estructura por parte de personas, máquinas, materiales y otros objetos. Por ejemplo, cargas de peso de vehículos, cargas de material de almacenamiento y cargas que ingresan a la estructura a través de las puertas de entrada.
Cargas imprevistas: incluye las cargas que pueden aplicarse a la estructura debido a factores inesperados como incendios, explosiones, inundaciones, terremotos y otros eventos catastróficos.
En general, para el diseño, construcción y mantenimiento de la estructura del edificio, se debe prestar atención a todas las diferentes cargas que se pueden aplicar a la estructura, y para cada carga, se debe calcular su cantidad y cómo aplicarla a la estructura. . También cabe destacar que en el diseño de la estructura se calculan las cargas con un factor de seguridad adicional, de manera que en caso de cargas imprevistas la estructura sufre menos riesgos. Para este propósito, el uso de métodos numéricos y simulaciones por computadora puede ayudar a los diseñadores e ingenieros a calcular las cargas en la estructura con mayor precisión.
Además, para evitar daños humanos y financieros causados por cargas inesperadas, las estructuras deben diseñarse y construirse utilizando materiales y métodos apropiados. En este sentido, el uso de materiales como el acero y el hormigón armado y el uso de nuevas y avanzadas tecnologías en el diseño y construcción de estructuras aportan una mejora significativa en el rendimiento y la seguridad de las estructuras.